Cuatro escenarios de disrupción en la formación continua de salud
En palabras de Andy Grove, “solo los paranoicos sobreviven”. Y el paranoico no analiza fríamente lo que va a pasar “probablemente”, sino que piensa en escenarios que podrían pasar, aunque sean poco probables. Es nuestra responsabilidad pensar así, así que vamos a ver escenarios que podrían afectar al futuro de la formación continua médica. Se comentan poco en abierto, como si evocarlos los hiciera más probables o aceptables, pero callar estas ideas no las hace imposibles. Y expresarlas nos conciencia de que tenemos que innovar en nuestra forma de plantear la formación continua de salud, y la relación entre los actores.
Esto forma parte de la preparación del proyecto previsto para enero en Madrid, del Healthcare Education Forum, un evento de un día apasionante sobre el futuro de los congresos y de la formación de salud.
Meses de conversaciones y debates con profesionales del mundo sanitario me convencen de que nos cuesta tener conversaciones sobre estos temas delicados, especialmente entre diferentes actores de la cadena (industria, sociedades, agencias, administración…). Pero si no construimos una visión de futuro, podríamos “morir con las botas puestas”, manteniendo nuestra forma de hacer las cosas… hasta que otros nos cambien el modelo.
Tenemos que construir una visión común del futuro de la formación continua de salud, y tenemos que mejorar nuestra forma de trabajar esta formación, tanto formar mejor como colaborar mejor.
Escenario 1: la recertificación centra la formación en los conocimientos adquiridos, no en dónde ha estado el médico, y esto abre muchísimo las opciones formativas
Hasta ahora, ha sido necesario asistir a congresos para progresar en su carrera en el mundo sanitario. No tanto aprender, sino asistir y demostrar “presencia en la sala”. La recertificación (que se anuncia complicada y controvertida… pero inevitable) podría cambiar esto y centrarnos exclusivamente en los conocimientos adquiridos, sin que importe el dónde se han adquirido. En este escenario, que la formación haya venido del congreso de la sociedad, o de una publicación, de la industria, de una sociedad americana vía streaming, ya no importa. Solo importa “pasar el test”. El congreso deja así su status de centro de la formación continua y se convierte en una solución formativa entre otras, que solo sobrevivirá si demuestra ser un concentrado de conocimiento único transmitido de forma óptima, o si aporta otros valores (un networking muy bien trabajado).
=> Mejorar la calidad de la formación en congresos, la efectividad de sus formatos, es imprescindible. El congreso no solo tiene que ofrecer el “profesor que sabe mucho” sino integrar la mejor ciencia del aprendizaje, un esfuerzo creativo en formatos de formación, en la participación de los asistentes, en la tecnología para transmitir los conocimientos, en las formas de facilitar el networking.
Escenario 2: las rutas formativas personalizadas crecen, y son mucho más fáciles de gestionar online que en un gran congreso
La formación de mañana tendrá que ser un “journey”, una ruta formativa personalizada, donde los tipos de conocimientos a adquirir se definen médico por médico, según lo que no sabe, sus tipos de pacientes, sus deseos. De hecho, el Desarrollo Profesional Continuo (DPC, continuación de la recertificación, que especifica el camino de formación, adquisición de conocimientos, habilidades y aptitudes que un profesional debe desarrollar para “super-especializarse” en áreas de su especialidad) definirá el camino que deben seguir los participantes. Cada médico tiene su programa, su timing personalizado. La formación online, por muy imperfecta que nos parezca en un momento de ‘Zoom fatigue’, tiene ventajas tan fuertes a la hora de transmitir contenidos (personalizados, combinando texto y vídeo, integrando tests y recomendaciones, con acceso a una infinidad de contenidos facilitados mañana por IA) que no podemos asumir que la mejor formación será presencial sí o sí. Tendrá que reinventar sus formatos. La formación como experiencia compartida puede seguir siendo un punto muy fuerte del congreso, pero esto requiere invertir tiempo, esfuerzo, creatividad, presupuesto, en una gestión puntera de la formación, de la gestión del conocimiento en el congreso, del trabajo en común que hace avanzar el conocimiento.
=> Es necesario innovar en los formatos de formación, cuidar mucho más formatos y facilitación, reinventar el congreso para que sea un sitio de co-creación, de talleres, de experiencias formativas, integrar la tecnología al servicio del conocimiento y de la puesta en común de perfiles complementarios. Y saber integrarlo en este journey formativo de cada médico como el momento más importante del año formativo.
Escenario 3: la industria reduce su inversión en la formación continua de los médicos, por ya no ser muy estratégica
La industria sigue apoyando y financiando las sociedades y los congresos, suponiendo a veces un 90% de los ingresos del congreso. Pero si bien esta financiación se mantiene, también se ve a menudo una frustración de las empresas, el síndrome del “peaje”, más que una impresión de relación win-win con las sociedades. La decisión hace unos años de ciertos laboratorios de retirarse fue un toque de atención. Un cambio de estrategias no parece inminente, pero tampoco podemos ver como garantizado el apoyo de la industria ante lo que es una inversión importante para ella, sin embargo puede parecer una obligación para “no quedarse fuera”, más que una inversión indiscutible. Además de reducir su inversión en congresos, la industria (que gestiona la mayor parte de la investigación y puede aportar muchísimo conocimiento y formación, no lo olvidemos) podría incrementar su actividad formativa propia, movimiento que ya ha empezado en muchos casos.
=> Definir modelos win-win entre sociedades e industria es necesario para asegurar la satisfacción de la industria y su apoyo continuo, pero también para integrar la ciencia que desarrolla la industria sin multiplicar los eventos hasta un nivel que los médicos no pueden seguir. Estos modelos colaborativos existen, pero no son lo más común, y es mejorable el conocimiento de los mismos por los actores del mundo salud. La industria tiene mucho que contar y no encuentra siempre en congresos la plataforma de formación que necesita. El miedo de ser visto como “colaborando con la industria, vendiendo su rigor científico” puede hacer que las sociedades no impliquen siempre a la industria de forma realmente constructiva.
Escenario 4: se prohíbe a la industria financiar los congresos, sustituyendo esto por un impuesto a las empresas para financiar esta formación
Este riesgo podría ser el mayor de esta lista. Un anteproyecto de ley apoyado por los grandes partidos del país, preveía prohibir la financiación de la participación de los médicos en congresos por la industria. No llegó a ser ley (todavía) pero sabemos que los grandes partidos (PP, PSOE, Podemos…) apoyan este tipo de orientación y podríamos ir hacia una prohibición de la financiación de los congresos por la industria. Sabemos que la Administración no puede asumir esta financiación hoy, pero… un futuro en el cual la industria farmacéutica no financia esta formación como hoy sino tributando a la Administración para financiarla y quedándose fuera de los congresos no es imposible.
=> Articular, afirmar el valor de un modelo que proteja la calidad de la formación y su no-influencia, pero permita que siga habiendo una colaboración industria-sociedades, es importante para evitar pasar a un modelo en el cual la implicación de la industria (que realiza la investigación) y los médicos, queda muy limitada. Esto supone que se construya esta visión común del futuro de la formación científica, implicando a los diferentes actores del ecosistema.
Conclusión
Las posibilidades de disrupción mayor en la formación continua de salud son muchas. Nada de esto es inevitable, pero es fundamental para el futuro de este ecosistema trabajar en tres direcciones.
– Asegurar la calidad formativa de los congresos, incluyendo en su diseño la ciencia, innovación, formatos bien pensados, talentos del mundo educativo, con complementariedad físico-online. También será esencial integrar los congresos en rutas formativas personalizadas, el congreso solo será relevante si es una pieza en un mecanismo completo.
– Asegurar modelos de colaboración que permitan aportar valor a la industria además de financiar a las sociedades / la formación, y aportar conocimientos a los médicos sin influencia indebida. Tendremos también que justificar que la industria se implique en los congresos. Nuestra argumentación a menudo se limita a “el Estado no puede pagar así que lo tiene que hacer la industria” y “el código permite que no haya influencia”. Pero si estos son los únicos motivos, acabará prohibiéndose.
– Saber argumentar nuestro valor, nuestro modelo, lo cual vemos en este otro artículo.
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